miércoles, 22 de enero de 2014

Capitulo 1: El encuentro de dos destinos.

Aconteció que Amaxaima había quedado viuda. Su esposo, el general Othon, falleció consecuencia de una ronda que realizaba con su ejercito por los linderos de los jardines de Alef Sarom, en la tierra de Atarí de Ariel. Sucedió que encontró a un grupo de hadas que con su polvo rociaban las flores las que provocarían enfermedades en los niños. Ellas atacaron y a pesar que perdieron la batalla se llevaron la vida del general. Esto hacía ya un año pero Amaxaima aun no sentía la paz que tanto anhelaba su corazón.

La perdida dolió. Pero ella sabía que no es solo por el amor que desarrolló por Othon, si no también por que esto la sumía en una situación muy parecida a la cual se encontraba antes de casarse con Othon. Verán, a pesar de que Amaxaima era una mujer muy bella, nunca consiguió desposarse si no hasta muy entrada la edad. Ahora, el buen lector de este manuscrito que recoge las tradiciones de Ariel debe entender una cosa para seguir este relato y entender el sufrimiento de esta mujer. La mujer de Ariel se desposaba frecuentemente joven a los ojos de  los habitantes del mundo de K´an An. A las veinte primaveras ya eran mujeres felizmente casadas con un hogar formado y con uniones eternales. Sin duda el secreto a esto es que las madres de las novias enseñaban desde su tierna infancia a ser esposas y los padres enseñaban a sus hijos a ser hombres. No así los que llegaban a Ariel a vivir y que de ahí desarrollaban sus vidas como creyentes en J´H´Shua, el dios de ellos. Todo era un lento caminar en su vida con nuevas costumbres y esperanzas y así bien la transformación interior era la misma que los oriundos del bosque de Ariel, algunas cosas ya venían mal formadas. Y este fue el caso de la crianza de Amaxaima.


Ellos venían de las sureñas tierras de Miraz, la tierra de los mineros. Compartían el territorio con los enanos que laboraban muy bien las joyas que extraían de la tierra mientras que los humanos de Miraz desarrollaban la minería como fuente de ingreso, materiales y objetos para vivir. De esta  creación de cosas se desarrollaba así mismo un comercio de artículos que se extendía en toda K¨An An. Y déjenme decirles que sus utensilios eran muy cotizados en toda la tierra. Pero no solo estaban también los enanos conviviendo con los humanos. Arriba, el las montañas mas altas, vivían los misteriosos hombres alados y de los cuales no se sabía mucho. Se sabía que solo eran un poco recelosas con sus costumbres y nunca se les veía mucho por territorios que no fueran las altas montañas heladas. Años atrás se supo que un alado bajó a las tierras de Miraz y compartió alguna costumbre con los mineros y enanos, pero ese detalle se olvidó en el tiempo. La familia de Amaxaima era una de esos maestros de las excavaciones. Su padre, Eliu, era minero de profesión y su madre Orfa, era vendedora de las maravillas metálicas. Por esas casualidades de la vida, conocieron a un viajero que les habló de J´H´Shua y ellos creyeron. Pero eso les trajo el rechazo de su pueblo y ante la oposición, decidieron cambiar de aires y partieron hacia Ariel. En el bosque fueron bien recibidos y dado a sus conocimientos en los minerales encontraron yacimientos ricos en metales que no había en Miraz. 

Por su lado, Othon el general era un soldado del batallón sur de Atarí. Su buen desempeño en batalla contra los feericos se debía a que su linaje era de soldados de renombre en Ariel. Así su padre Otron, su abuelo Tron y su bisabuelo Othon. Su cargo se lo ganó debido a su inteligencia en materia de estrategias y de estudio sobre los feericos como ningún otro. Esto le dio el nombre y después de eso muchos copiaron su estilo.
Conoció a Amaxaima en una fiesta que el rey de Atarí, Imelec, dio en primavera. Si bien Othon no era dado a las fiestas debido a que el creía que había nacido solo para la guerra, accedió ante le llamado de su rey. Nunca se supo muy bien el porque se unió esta pareja. Mucho se murmuraba sobre la lastima que Othon tuvo de esta joven que con sus actos mostraba lo mucho que amaba a su dios, pero que al mismo tiempo tenía los ojos mas apagados que había visto. Otros decían que ella fue muy inteligente al atraparlo con que quizás que artimaña secreta que las mujeres solían utilizar cuando querían encantar a un hombre. Detalle natural en ellas. Sea como sea lo que pasó, a los seis meses de conocerse en aquella fiesta de primavera, contrajeron nupcias y gozaron de una dicha que se comentó en su tiempo. Pero esta felicidad no duró mucho ya que al año de matrimonio Othon durmió. Y el corazón de Amaxaima se apagó ya que ni siquiera tuvieron descendencia.

Sucedió que ese día era normal para Amaxaima. Aun portaba el traje azul de la viudez y que reflejaba lo mucho que extrañaba a su esposo. A pesar de que el tiempo reglamentario de luto de los arielianos se había terminado, ella lo conservó ya que reflejaba su dolor. Portaba en las manos una rosa que había encontrado en el bosque y estaba decidiendo que hacer con ella. O ponérsela en su pelo color miel o adornar su vestido oscuro con ella como una gota de luz en la oscuridad. Se había acostumbrado a caminar por el bosque luego de su devocional matutino y sus quehaceres hogareños. Se entretenía con las aves y los cervatillos que jugaban de aquí para allá. O bien se iba a las grandes praderas de Alef Sarom donde crecían los jardines de flores que cubrían tales praderas y que daban fama a Ariel a través de toda la tierra de K´An An. Se divertía sola o en compañía de otras viudas a las cuales la guerra les había arrebatado a sus maridos. Hacían manualidades, cantaban y de paso Amaxaima les enseñaba el arte de fabricar cosas con los metales. Sus manualidades les daban sustento y trabajo para sentirse dignas de ser mujeres y estos trabajos se vendían a los viajeros que cruzaban el bosque por los senderos que habían sido hechos para ello. Ahora, ella por su situación fue tentada a volver con sus padres pues ellos mismos le abrieron la puerta para eso. Pero Amaxaima no quiso dejar la casa donde por un año vivió con Othon por que creía que el hombre dejaba a su padre y a su madre y se juntaba con su mujer y eran una sola carne. Por lo tanto al vivir nuevamente con sus padres a pesar de estar sola era retroceder y dejar de ser mujer y volver a ser una niña. Y eso no lo veía bien.

Pero como les decía, ese día era uno de los tantos normales que ella vivía. No quiso ir a los jardines ya que quiso ir a un claro del bosque que le gustaba mucho. En si era una especie de quebrada que desembocada en este claro lo que le daba la libertad de gozar del cielo abiertamente. Se sentó pues en el pasto y se recostó en el tomando el dulce sol primaveral que tanto se agradece en esas fechas, pero su descanso se vería interrumpido por algo inusual.

De pronto vio en el cielo un ave muy extraña que pasó raudo hacia Atarí. Pensó que podría ser una bandurria por lo grande que estas aves eran, pero deshecho la idea debido a que era demasiado grande para ello. Entonces pensó que podía ser un hada que tramaba alguna maldad en el bosque y por ahí se convenció y decidió volver hasta el pueblo para dar la noticia. Pero cual no sería su sorpresa al ver que el ave extraña volvía sobre su vuelo y se quedaba estática en el cielo, recortando la luz del sol. Sin poder ver con claridad al ser vivo, se estremeció. Y mas tembló cundo éste empezó a bajar desde el cielo hasta que se posó a una altura casi sobre su cabeza. Y no era precisamente un ave.

Delante de ella estaba un hombre de aspecto normal, con la piel morena por el sol y que poseía unas gigantescas y blancas alas que salían de su espalda y le permitían volar. Muchos pensamientos cruzaron por la cabeza de Amaxaima y su primera impresión fue que aquel ser era un M´alach. Pero luego desechó la idea ya que los M´alach raramente se inmiscuían de manera visible en los asuntos de los hombres a no ser que J´H´Shua lo enviase. No. Recordó las leyendas de su tierra natal y supo dentro de sí lo que tenía frente a sus ojos. Era un hombre alado de las montañas heladas de Miraz. Y este la miraba con gusto lo que la sonrojó. El momento se hizo eterno pero fue el quien quebró el silencio.

- Dulce princesa de mis sueños robados... ¡Al fin te encontré!

lunes, 18 de febrero de 2013

La canción de Ariel

Hola a todos.

La Canción de Ariel es un proyecto narrativo que comenzará este 2013 si Dios quiere a aparecer online por este mismo blog.

Será a través de capítulos semanales o mensuales los cuales tendrán la posibilidad de leer y comentar. De antemano les doy las gracias por su interés y pronto estaré informando sobre las subidas de los capítulos.

Nos vemos.
Formador.